jueves, 17 de junio de 2010

AGUSTINA Y SU AMOR

El me esperaba en silencio, sin aliento y completamente en paz, parecía que hubiese estado escondido en su melancolía, se sentía el vacío, muerto entre la brisa, encerrado entre sus hilachas dentro de un cajón.
Al tocar el mar, mi pie sintió la esperanza de un nuevo comienzo que llego como el bautizo, el perdón de nuestros pecados y lo mas importante de todo.... un gran amor.
Ese día juntos vimos el atardecer, ambos sabíamos que nos amábamos y que anhelamos vernos con el mayor placer de estar conociendonos día a día , se rumoreaba en el pueblo pequeño donde el vivía,   que tenia una cadencia fuerte y que a varios hombres con sus enormes olas había ahogado, que con sus enojos de corrientes y derivas a muchos había por aquel entonces perjudicado y provocado, 
era corpulento desafiante tenebroso y provocaba miedo, todo aquello a mi no me importo porque quería estar cerca de el sabia que estaba triste.
Sabia que dentro de su corazón había fuerza, serenidad, y buen humor me habia llegado el comentario
que también con sus aguas a muchos había ayudado y curado, sabia que era de una gran nobleza .
Un día finalmente me decidí inhale hondo y suspire......... mi alma y mi corazón me habían dicho el tiempo de espera había terminado, con los ojos llenos de coraje mire a las estrellas que parecían desprender fuegos artificiales como iniciando una fiesta.
Al llegar al pueblo fui corriendo hacia el.
Ambos sabíamos que mi gran amor el mar y yo nos estábamos amando, una luz blanca me toco y me lleno de felicidad.
Al despertar sabia que nunca mas me alejaría de el.